Las crónicas de viajes y las imágenes del llamado “Nuevo Mundo” fueron un insumo indispensable para desarrollar mapas de lugares totalmente ignotos para los europeos a fines del siglo XV. La conquista imperial implicó el desarrollo de una cartografía que guiara no sólo el rumbo de las expediciones que partían del Viejo Continente, sino también la posibilidad de dominio de sociedades y territorios desconocidos. Nutridas de un conjunto de fuentes y materiales de época, dos investigadoras del LICH-EH se dedican a escudriñar los relatos textuales y visuales producidos en ese período de gran conmoción en la historia americana, cuyas consecuencias alcanzan nuestro presente.